La agresividad canina

La agresividad canina es uno de los problemas de comportamiento que más preocupan a los propietarios de los perros, pero, ¿qué hacer si nuestro perro tiene se comporta de manera agresiva?
Antes de todo queremos recalcar que la agresividad de un perro no depende de su raza, ni de su tamaño, ni de si es macho o hembra. O esto es lo que han demostrado unos científicos en un estudio reciente de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.
Los investigadores analizaron a más de 4.000 perros para tener factores de riesgo que desencadenen agresiones y saber si influye el tamaño o la fortaleza del animal.
Entre los perros analizados había perros de “razas potencialmente peligrosas" (como el el pitbull, el rottweiler y los staffordshire), y se han estudiado en entornos familiares y en entornos con extraños.
La etóloga Rachel Casey, coordinadora de la investigación, concluyó los resultados diciendo que "con independiencia del entorno, el estudio revela que la agresividad del perro es un comportamiento aprendido y no una característica intrínseca del animal".
Por tanto la explicación de la agresividad de los canes viene explicada por los castigos que este recibe, por los maltratos, por malos comportamientos del dueño... Por tanto para evitar que nuestro perro ataque a otras personas o muestre comportamientos agresivos debemos enseñarle desde pequeño con paciencia y amor, no utilizar castigos físicos.
Pero si a pesar de todo detectamos un comportamiento agresivo en nuestro perro lo primero que deberemos hacer es llevarlo a veterinario, y así poder descartar que este problema se deba a otro, como alguna enfermedad, consecuencia del dolor...
Ya descartada la primera opción debemos profundizar en su comportamiento, ya que existen varios tipos de agresividad con tratamientos diferentes. Para ello lo mejor que podemos hacer es recurrir a un profesional.
Según la American Veterinary Society of Animal Behavior (AVSAB), la agresividad se puede clasificar en unos veinte tipos diferentes, aunque podemos simplificarlo en agresividad con causa orgánica (suele darse sólo entre el 15 y el 20% de los casos, y se descartaría como hemos dicho con una consulta al veterinario para que detectara el problema físico que le provoca la agresividad) y agresividad sin causa orgánica (como la agresividad por dominancia o competitiva, la agresividad por miedo, la agresividad territorial, la agresividad maternal ...)